Astrid Carapellotti

Formación

Estudios realizados y títulos obtenidos

Master en Tourism Management - University of Westminster, Londres

Trabajo de fin de máster: “Hilton Turns 100: Cómo Hilton Hotels se convirtió en líder mundial en el sector hotelero.”

Grado en Turismo - Università degli Studi di Roma “La Sapienza” - Completé los estudios antes de tiempo, aprobando todos los

exámenes con antelación.

Idiomas:

Español, inglés, italiano

Méritos

Desde hace más de diez años me dedico con pasión al sector de la hostelería, de los cuales los últimos ocho los he desarrollado en el ámbito de la hostelería de lujo. He tenido el privilegio de formarme en compañías reconocidas internacionalmente como Hilton, Mandarin Oriental y Four Seasons, donde descubrí no solo la excelencia operativa del sector, sino el auténtico valor humano de la hospitalidad: acompañar, escuchar y generar emociones positivas en quienes confían en nosotros durante su viaje.

Hoy aporto todo ese recorrido profesional a Brach Madrid, donde formo parte del equipo de Conserjería. Brach Madrid es una joya que abrió sus puertas hace un año y me siento profundamente afortunada de poder contribuir al crecimiento de este proyecto tan ilusionante, incorporando mis conocimientos y mi dedicación para consolidarlo como un referente de la hospitalidad en la ciudad.

A lo largo de mi carrera he aprendido que los reconocimientos más valiosos no son los trofeos, sino las personas. Recuerdo perfectamente al primer huésped que cruzó esa línea invisible que va más allá del check-in y el check-out. Yo trabajaba como recepcionista en el Hilton London Metropole, el hotel más grande de Europa dentro de la cadena Hilton, con más de mil habitaciones, pero siempre hacía todo lo posible para que cada huésped se sintiera único. Siempre atendía yo a aquel huésped en particular y habíamos conectado más allá del mostrador. El día de mi despedida de Hilton, me entregó un regalito acompañado de una nota deseándome lo mejor para mi carrera. Aquel gesto me confirmó que incluso en los hoteles más grandes, donde todo parece impersonal, un trato auténtico, cercano y personalizado no solo llega al huésped, sino que puede crear vínculos reales y la sensación de sentirse especial.

Son muchos los nombres, las historias y las caras que recorren mi memoria, y me emociona pensar en cada una de ellas. Para mí no hay felicidad más grande que saber que aporté algo bonito a sus viajes y que siempre tendrán un recuerdo especial de su estancia gracias, aunque sea un poquito, a mí.

Esa es la mayor recompensa de mi trabajo.

Si hablamos de reconocimientos formales, en 2019 fui nombrada Outstanding Employee durante la auditoría LQA en Mandarin Oriental Hyde Park y alcancé la puntuación Forbes más alta de Europa para la compañía atendiendo personalmente al auditor de Forbes, con un 94 %. Un logro que me confirmó que la entrega, la constancia y la pasión siempre se reflejan en la experiencia del huésped.

En 2023 tuve el honor de recibir Las Llaves de Oro y entrar a formar parte de Les Clefs d’Or, la asociación internacional de conserjes que representa la máxima distinción de nuestra profesión. Ser parte de Les Clefs d’Or no es solo un reconocimiento, sino una responsabilidad: la de estar siempre dispuesta a ayudar, a compartir conocimiento y a apoyarnos entre colegas de todo el mundo para conseguir para nuestros huéspedes experiencias únicas, acceso a lo excepcional y soluciones incluso cuando parecen imposibles.

Nuestra misión es sencilla y ambiciosa al mismo tiempo: “service through friendship” ayudar siempre, con integridad, humildad y excelencia.

Defensa de candidatura

Cuando era niña soñaba con vivir en Madrid. La primera vez que mis padres me permitieron viajar sola, no dudé en elegir esta ciudad como destino y, junto con mi mejor amiga, vinimos a pasar la Nochevieja en la Puerta del Sol, comiendo las uvas con los madrileños. Recuerdo con claridad la magia de aquellos días: fue la confirmación de que Madrid era tal y como la había imaginado; desde el primer instante supe que había llegado a mi hogar.

Durante esas vacaciones pasé frente al Ritz; no tuve el valor de entrar, pero me saqué una fotografía frente a él. ¡Qué emoción! Para una niña con el sueño de desarrollar su carrera en la hostelería de lujo, solo podía pensar: “Ojalá algún día trabajar en un hotel así, aquí en Madrid”. Tras numerosos viajes a la ciudad, finalmente hace cinco años me instalé definitivamente, haciendo realidad mi sueño.

Hoy, Madrid es mi hogar y no me siento extranjera; esta ciudad me ha acogido de una manera que supera cualquier expectativa. A diario camino por sus calles y me maravillo de que lo que hoy es mi vida cotidiana, pasear por la Gran Vía camino al trabajo, recorrer la Puerta del Sol o disfrutar de las luces navideñas, haya sido durante tantos años un deseo. Hoy mis amigos son madrileños, compro mis libros en la Cuesta de Moyano, visito el Rastro los domingos y voy a las Vistillas en las fiestas de San Isidro.

Esta pasión por Madrid es la que procuro transmitir a cada huésped y visitante que recibe nuestro hotel. Les muestro que esta ciudad puede acogerlos, sorprenderlos y hacerlos sentirse como en casa. Les revelo los secretos mejor guardados de la ciudad, los restaurantes con alma, las esquinas llenas de historia y vida. Les ayudo a vivir Madrid de manera única, para que puedan llevarse consigo no solo recuerdos, sino emociones auténticas, profundas y memorables. Mi ambición es que cada persona que visite nuestra ciudad perciba que Madrid puede convertirse en su hogar, aunque sea por unos días, y se sienta acogida, comprendida y valorada, tal como yo me he sentido desde el primer instante.

Me fascina contemplar el desarrollo de Madrid en la última década. Me llena de orgullo y entusiasmo ver cómo crece, cómo se invierte en ella y cómo se despliega todo su potencial. Siempre he sabido que Madrid tiene un magnetismo especial, y estoy convencida de que aún hay innumerables personas en el mundo que descubrirán la ciudad y quedarán maravilladas. Madrid tiene el poder de convertirse en una capital tan cosmopolita y vibrante como Londres, y estoy deseando seguir siendo testigo de esta evolución y contribuir, en la medida de mis posibilidades, a su esplendor.